domingo, 5 de febrero de 2012

COMPETENCIAS PROFESIONALES


Un sistema de conocimientos, habilidades, valores y cualidades de la personalidad que se movilizan en función de las necesidades individuales y sociales, así como de los motivos, intereses y actitudes del profesional, que permiten el desempeño satisfactorio en el ejercicio de la profesión; y que sólo pueden ser evaluadas a través del desempeño, considerando las exigencias sociales". (Santos Baranda 2005: 51) Gráfico No1.
Dentro de esta concepción pedagógica es de vital importancia comprender que Los motivos, intereses necesidades y actitudes del individuo constituyen componentes importantes como motores impulsores de la construcción y desarrollo de las competencias, considerando que "estas comprometen todas las potencialidades de la personalidad". González Rey (1985). Y las habilidades "constituyen el dominio de operaciones (psíquicas y prácticas) que permiten una regulación racional de la actividad". Es decir" las habilidades resultan de la sistematización de las acciones subordinadas a su fin consciente". (González Maura 1995: 105-123)

Las ocho competencias profesionales que deben estar presentes en el currículo son:
  • Competencia en comunicación lingüística.
  • Competencia matemática.
  • Competencia artística y cultural.
  • Tratamiento de la información y competencia digital.
  • Competencia social y ciudadana.
  • Competencia en el conocimiento y la interacción con el mundo físico.
  • Competencia para aprender a aprender.
  • Iniciativa y espíritu emprendedor.
ÁMBITO DE LA COMUNICACIÓN Y LA EXPRESIÓN.

COMPETENCIAS EN COMUNICACIÓN LINGÜÍSTICA.
  • Utilización de la lengua propia en diferentes contextos y en situaciones comunicativas diversas, y como instrumento de comunicación oral, escrita, de aprendizaje y socialización.
  • En la comunicación en lenguas extranjeras, el desarrollo de estas competencias debe de proporcionar destrezas básicas referidas a la comprensión, la expresión y el contexto tanto de la comunicación oral como de la escrita.
  • Uso del lenguaje no discriminatorio y respetuoso con las diferencias.
COMPETENCIAS EN EL TRATAMIENTO DE LA INFORMACIÓN Y COMPETENCIA DIGITAL.
  • Habilidades para buscar, obtener, procesar y comunicar información y transformarla en conocimiento.
  • Acceso y selección de la información.
  • Uso y transmisión de ésta en distintos soportes, incluyendo la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación como un elemento esencial para informarse y comunicarse.
ÁMBITO DEL DESARROLLO PERSONAL.
COMPETENCIAS DE APRENDER A APRENDER.
  •   Iniciarse en el aprendizaje y ser capaz de continuarlo de manera autónoma.
  • Poder desenvolverse en la incertidumbre aplicando la lógica del conocimiento racional.
  • Admitir la diversidad de respuestas posibles ante un mismo problema y encontrar motivación para buscarlas desde distintos enfoques metodológicos.

COMPETENCIA COGNITIVA Y SEMÁNTICA


7.1. LA COMPETENCIA COGNITIVA:

La enciclopedia cultural de cada hablante-oyente real le permite reconocer e interpretar los contenidos científicos, socioculturales o ideológicos de un texto. La capacidad para llevar a cabo esa labor descodificadora es precisamente la competencia cognitiva.
Ella hace posible que podamos comprender e interpretar textos de carácter científico, técnico,
literario, político, periodístico, comercial, etc., pues para adelantar ese proceso debemos tener un conocimiento de las maneras específicas como dichos textos se estructuran y se formulan.

7.2. LA COMPETENCIA SEMÁNTICA:



Cuando le asignamos el significado adecuado a cualquier signo o establecemos su relación con un referente determinado, estamos haciendo una demostración de nuestra competencia semántica. De igual manera, cuando comprendemos el sentido de una frase o de una oración, o cuando realizamos la  interpretación global de un texto. Veamos algunos ejemplos con textos escritos:
Si reconocemos la diferencia que existe entre accesible y asequible (e incluso si no recurrimos al“híbrido” acsequible, tan frecuente en estos tiempos), podemos construir oraciones como:

La directora del proyecto es una persona muy accesible.
En realidad, el contenido de esa lectura no me pareció accesible.
Ese apartamento te resultaría asequible si lograras reducir la cuota de pago.
Dada su estatura, para él son asequibles todos los bombillos.
O también, si después de leer los siguientes versos de Alejandro González, establecemos la
correspondiente relación con el referente:

“Señora del aire
graciosa, ágil,
De alas transparentes
llevando el sol a cuestas
de la rama al estanque,
incansable”.
En el primer ejemplo, la competencia semántica se manifiesta en la capacidad para asignar significados a las palabras; y en el segundo, para asignar referentes (como los textos literarios se caracterizan por su pluralidad semántica y simbólica, sus referentes son menos precisos y consolidados que los de los textos científicos). Ilustremos esta diferencia comparando los versos anteriores con el siguiente enunciado:
“La figura consta de dos círculos concéntricos y de dos cuadrados. Cada cuadrado está inscrito en uno de los círculos”.
— intenta dibujar esta figura y asignarle el referente a los versos —.

Para terminar, podemos observar cómo el concepto de competencia textual concuerda bastante con el de competencia comunicativa, ya que el proceso de codificar o descodificar textos implica el concurso de variadas competencias: lingüística, paralingüística, pragmática, etc.
Esperamos que nos haya quedado claro que la noción de COMPETENCIA COMUNICATIVA trasciende la de competencia lingüística, pues para comunicarnos de manera eficaz necesitamos conocimientos verbales y no verbales (quinésicos y proxémicos), normas de interacción y de interpretación, estrategias para conseguir las finalidades que nos proponemos y conocimientos socioculturales (valores, actitudes,roles, relaciones de poder, etc.)


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COMPETENCIA ESTILÍSTICA Y TEXTUAL


6. LA COMPETENCIA ESTILÍSTICA

Es el complemento indispensable de la competencia pragmática, puesto que la competencia estilística se
manifiesta en esa capacidad para saber cómo decir algo, cuál es la manera más eficaz de conseguir la
finalidad propuesta.  ¿Cómo hemos de decirlo para obtener lo que queremos?  sería la pregunta clave
para esta competencia.
Las actitudes estilísticas del hablante hacia su interlocutor —como la cortesía, la amabilidad, la
paciencia, el enfado, la displicencia— son determinantes en la estructuración de los enunciados.
Observemos, por ejemplo, las diferencias que existen en los dos enunciados siguientes, utilizados ambos
para conseguir que alguien cierre la puerta:
1. ¡Cierre la puerta, carajo!
2. Por favor, ¿sería tan amable de cerrar la puerta?
Además del principio de cooperación,

 están en estrecha relación con la competencia estilística las siguientes cuatro máximas:
1.  Sé claro: evita la oscuridad en la expresión.
2.  Evita la ambigüedad.
3.  Sé breve.
4.  Sé ordenado.
Es evidente que el cómo se dice algo puede provocar aceptación o rechazo en el interlocutor  y
enriquecer o empobrecer la significación.
                                             
5En 1975, H. P.  Grice lo planteó como principio regulador de todo acto comunicativo: “Haz que tu contribución a la conversación sea la adecuada, en el momento en que se produce, para la finalidad aceptada del intercambio conversacional en el que estás participando”.



7. LA COMPETENCIA TEXTUAL

“Es la capacidad para articular e interpretar signos organizados en un todo coherente llamado texto. La
competencia textual implica las competencias consideradas anteriormente y, además, las competencias
cognitiva y semántica” (Girón y Vallejo, 1992: 20).
La noción de texto ha sido objeto de arduas disquisiciones para su definición.  En nuestro caso, podemos aceptar que un texto, “debe ser resultado de la actividad lingüística del hombre, ha de tener
incuestionablemente una específica intención comunicativa y, por último, ha de explicitarse con
suficiencia el contexto en el cual se produce” (Bernal  Leongómez, 1986: 17).  Sin embargo, vamos a
definirlo de un modo más simple como cualquier comunicación elaborada con base en un determinado
sistema de signos y dotada de un propósito comunicativo específico.



COMPETENCIA PROXÉMICA Y PRAGMATICA



4.  LA COMPETENCIA PROXÉMICA


Esta competencia consiste en la capacidad que tenemos los hablantes para manejar el espacio y las
distancias  interpersonales en los actos comunicativos. Las distancias entre los interlocutores, la
posibilidad de tocarse, el estar separados o en contacto, tienen significados que varían de una cultura a
otra.  Los códigos  proxémicos se establecen, entonces,  según la cultura, las relaciones sociales, los
roles, el sexo, la edad.
La competencia  proxémica es esa habilidad que tenemos para crear, transformar y apropiarnos de
espacios, tanto en la vida pública como privada.  Ella nos permite asignarle significado al respeto o a la
transgresión de esas distancias interpersonales y de los espacios codificados por los distintos grupos
sociales.

   5.  LA COMPETENCIA PRAGMÁTICA

El punto de partida de esta competencia es la consideración  de el hablar como un hacer.  Todos los
usuarios de una lengua tienen una capacidad que les permite asociar los enunciados con los contextos en
que dichos enunciados son apropiados.  El contexto no es, desde luego, sólo el escenario físico en el que se realiza el acto comunicativo, sino también esos conocimientos que se asumen como compartidos entre los participantes.  Un acto comunicativo no es algo estático ni un simple proceso lineal; por el contrario,un acto comunicativo es un proceso cooperativo de interpretación de intenciones, en el cual un hablante intenta hacer algo, el interlocutor interpreta esa intención, y con base en esa interpretación elabora su respuesta, ya sea lingüística o no.
                                             
4Al igual que quinesiología, cinemática, cinematógrafo, cinema, esta palabra se genera de una raíz  griega que significa movimiento.
Recordemos que la pragmática es la disciplina que se ocupa de estudiar el uso que los hablantes hacen
del lenguaje en un contexto lingüístico o  extralingüístico.  De esta manera, podemos afirmar que la
pragmática parte del supuesto de que la comunicación es la función primaria del lenguaje.
Por eso, teniendo presente lo anterior, vamos a definir la competencia pragmática como la habilidad para
hacer un uso estratégico del lenguaje en un medio social determinado, según la intención y la situación
comunicativa; es saber ejecutar acciones sociales mediante el empleo adecuado de signos lingüísticos, o
de signos de otros códigos no lingüísticos, utilizados de acuerdo con unas intenciones y con unos fines
deseados.
Según pretenda con su acto comunicativo informar, ordenar, interrogar, impugnar, sugerir, rogar, etc.,
el sujeto hablante necesita plantearse con precisión varias preguntas, si aspira a alcanzar con éxito sus
propósitos:
1. Cuál es el motivo, la finalidad y el contenido de su acción comunicativa.
2. A quién va dirigida.
3. Cuándo es el momento adecuado para emprenderla.
4. Dónde debe efectuarla.